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Frase de la semana

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lunes, 8 de abril de 2013

¿Cómo debemos actuar ante los delirios y alucinaciones?

Uno de los problemas a los que se enfrentan los familiares de personas con enfermedad mental es cómo actuar ante los delirios, alucinaciones, y conductas asociadas a este tipo de enfermedad.
 

El miedo, el estrés y la sensación de no estar haciendo las cosas bien, son factores que dificultan esta tarea y pueden llegar a deteriorar las relaciones personales, y con ello el equilibrio familiar.
 

Ciertas orientaciones básicas pueden facilitar y mejorar este tipo de relación:
  • En primer lugar, hay que cuidar el ambiente en el que estas personas se encuentran. Se intentará evitar el estrés, el ruido, la oscuridad, ya que todo ello puede intensificar los síntomas.
  • Hablar con ellos desde una actitud de tranquilidad, cariño y confianza. La seguridad y la firmeza son puntos muy importantes a la hora de establecer la comunicación.
  • Escucharles y hacerles ver que comprendemos lo que les ocurre. Entendemos su temor, enfado, ansiedad…
  • Si desea hablar acerca de ello, deberá escucharle. Nunca optar por ignorar o impedir que hable de ello. Esto puede hacerle enfadar e incrementar su nerviosismo.
  • Preguntar cuáles son las razones que le hacen sentirse enfadado, angustiado. “Te veo asustado. Yo sé que estás sintiendo miedo...”, “pareces preocupado, qué te hace sentir de esa manera”
  • Responda honestamente a sus preguntas, evitando negar sus pensamientos o minimizar lo que comenta. Por ejemplo, si la persona le pregunta a usted si ve/oye lo mismo que él/ella, no decirle que sí para seguirle en sus pensamientos. Eso no es necesario. Lo más adecuado es darle una respuesta del tipo: “Te entiendo, sé que estás oyendo voces, pero yo no las oigo”. De esta manera, no negamos la existencia de sus delirios y alucinaciones y, a la vez, le decimos que los demás no perciben lo mismo que él/ella. Sugerirle que eso solo ocurre en su cabeza es un paso importante en el reconocimiento de la enfermedad.
  • No se dirá que son tonterías, ni se les descalificará por tener ese tipo de ideas. Evitar decir, “pareces tonto”, “qué cosas más absurdas dices”.
  • No discuta con la persona acerca de lo que ve o escucha. Tampoco intente combatir sus ideas con la lógica. Esta persona puede ver, oír o tener sensaciones que no ocurren en ese momento, pero las vive como si fueran reales.
  • Sus sentimientos pueden ir desde miedo, irritabilidad o ansiedad hasta alegría y sensación de bienestar. Debemos atender y preguntar acerca de cómo se siente. ¿sus ideas le generan angustia?, ¿se siente asustado?..
  • Si bien es necesario atenderles cuando quieren hablar de ello, es importante no insistir en el tema.
  • Cuando la ocasión lo facilite, intentar entretenerle con otro tipo de actividad. Escuchar música, ver fotos, hacer deporte, pasear, cocinar, dibujar… Usar el tacto para evitar que sienta que le están tratando de dirigir en otra dirección. engañado.
  • El contacto físico puede ser muy tranquilizador, aunque debe hacerse con cuidado. No siempre lo desean.
  • Cuidar el entorno. Reflexione sobre el tema que centra sus alucinaciones y si observa que hay algo en el lugar donde se encuentra que pudiera estar incrementándolas (sombras, mobiliario, cortinas, objetos…), puede cambiarlo de lugar.
  • Si cree que puede dañarse con algo, o realizar acciones peligrosas hacia él o hacia los demás, se tomarán las medidas oportunas con el objetivo de evitar cualquier situación de riesgo.
  • Es importante estar al tanto y saber dónde se encuentra en todo momento.
  • Cuando estén en presencia de otras personas, nunca considerar que no se entera de las cosas. Cualquier gesto o conversación, además de resultar dolorosa y generar mayor inseguridad en la persona, puede propiciar el incremento de la sintomatología.
  • Nunca deben manejarse verbalizaciones sobre hospitalización, servicios de urgencias... Es frecuente hacer uso de este tipo de recursos y se dificulta mucho la intervención cuando ellos ya lo consideran algo aversivo.
  • No tenga en cuenta, ni regañe si la persona hace acusaciones o dice ciertas verbalizaciones hacia su persona. Ellos no controlan muchas de sus acciones.

Ajuste estas orientaciones en función de la persona y de su propia situación. No hay dos personas iguales, y las necesidades pueden ser muy diversas.
 

Contar siempre que se necesite con la ayuda de un profesional, y si la situación es de riesgo contar con los servicios de urgencias. El objetivo es mantener la seguridad y tranquilidad de la persona y de los que le rodean.
 

No olvidar nunca que el apoyo, respeto, la confianza y el contacto afectivo son pilares fundamentales de la comunicación y del buen trato a las personas.

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